Hay trabajos que exigen un alto grado de objetividad sobre los temas que se manejan para que puedan ser ejercidos con profesionalidad. Eso exige tomar cierta distancia emocional sobre lo que se lleva entre manos, para no cometer errores actuando de una forma impulsiva, en lugar de hacerlo con la razón. Por eso los abogados que “no tienen corazón” son los más valorados. Sin embargo otros profesionales deben enfocar su atractivo profesional en otros méritos, pues no dudan en implicarse personal y emocionalmente sin recato en los litigios en los que intervienen.
Según Juan M. Pérez Abad, “así parece suceder con Sara”, abogado especializada en derecho de familia y hermana del juez Marcos de Alba Vega, titular del juzgado de Familia Instrucción 9 de la ciudad de Murcia. Representaba en el divorcio a M. José Llamas de Haro, segunda esposa del cirujano Juan M. Pérez Abad, ante el juzgado anexo al que ocupa su hermano juez. Como actuación complementaria, también la representó en la división de la vivienda que había sido el domicilio familiar y que «ahora estaba ocupada legítimamente por él, después de que ella se trasladase a Cartagena», afirma.
Tras unos 5 años de espera, la vivienda salió a subasta. Tan sólo los dos miembros de la pareja disuelta se presentaron a la puja y la ganó ella. Pero antes de que se produjera la adjudicación, «forzaron la cerradura de la casa y la cambiaron», sostiene el cirujano. Para volver a entrar con la ayuda de un cerrajero, Pérez Abad tuvo que presentar una denuncia en comisaría, en la que ya señalaba como principal sospechosa a su ex-pareja. Como aún le habían dejado algunas pertenencias, activó una alarma para evitar más sustos, recuerda.
A pesar de que la señora Llamas tan solo entregó una pequeña parte del precio pactado, la secretaría del juzgado encargado del asunto le otorgó una adjudicación que fue inmediatamente recurrida y actualmente está anulada. Pero a continuación de que le fuera otorgada, sonó la alarma de la casa un día en que el Pérez se encontraba fuera de la ciudad. «Cuando acudió la Policía encontró la cerradura taladrada y a ella dentro de la casa, acompañada por su letrada Sara de Alba. Convencidos por las alegaciones de la hermana del juez, la Policía Nacional se abstuvo de actuar a pesar de las protestas de la víctima, que había sido avisado por la empresa de la alarma, y de la aparición en la escena del delito de un hermano de la víctima que también es abogado» dice Pérez Abad.